La mamografía es uruguaya

En los años ‘20 del siglo XX, varios grupos independientes (de Europa, Estados Unidos y Japón) investigaban sobre el uso clínico de la radiografía de la mama. Pero fue el Dr. Raúl Leborgne en Uruguay, quien desarrolló una técnica que mejoró la nitidez de las radiografías de mama. En 1953 describió un procedimiento que consistía en ajustar el haz de rayos X, aplanar el seno durante la radiografía, tomar imágenes desde múltiples ángulos y usar una película más sensible.

En 2006 por decreto 571/006 del entonces presidente y oncólogo Tabaré Vázquez, se incluyó la mamografía (y el PAP) en el carné de salud y se estableció su gratuidad para las mujeres entre 40 y 59 años. El carné de salud es requerido para diversos trámites y en consecuencia por este decreto la mamografía se convirtió en obligatoria para ejercer derechos como el trabajo, la educación y la licencia de conducir.

En 2012 una ciudadana decidió rechazar esa situación y para eso presentó una petición ante el MSP. Al no ser respondida en tiempo y forma, en 2013 se presentó ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA) en un largo proceso de juicio contra el estado.

En 2015 se modificó por la ordenanza 842/015 el rango de edad de las mujeres a las cuales se les exigía la mamografía en el carné de salud y en forma gratuita. A partir de esta ordenanza ya no es para las mujeres entre 40 y 59 sino de entre 50 y 69.

En 2016 la sentencia 396/016 del TCA determinó que la mamografía (y el PAP) está sujeta al derecho del previo consentimiento establecido en el art.11 de la ley 18335 y que por lo tanto no puede ser exigible ni para el carné de salud. Y declaró inconstitucional el decreto que así lo había impuesto diez años antes, por ser contrario al art.10 de nuestra Constitución, el cual establece que “Ningún habitante de la República será obligado a hacer lo que no manda la LEY, ni privado de lo que ella no prohíbe”. Vale decir: el derecho a la libertad sólo se puede limitar por ley.

En 2019 el MSP dispuso la ordenanza 1169/019 de la que surge que la mamografía (y todos los otros estudios) no es obligatoria sino que “se recomienda”. Ver ordenanza.

En 2020 mediante un pedido de información al MSP, se obtuvo información sobre el plan nacional de detección de cáncer de mama. Ver fuente. Surge una información interesante en la página 14. Refiere a los controles de calidad sobre el servicio de imagenología de cada prestador en cuanto a la demora en informar el resultado de una mamografía y el comienzo del tratamiento o estudios complementarios. El MSP responde que no existe un baremo exigible sino que los controles responden a los incentivos económicos que reciben los prestadores a través del pago de las metas asistenciales. En la página 18, a la pregunta sobre los pagos que reciben los prestadores por presentar los indicadores asistenciales para determinar el grado de cumplimiento de la detección y atención del cáncer de mama en mujeres, la respuesta del MSP deja en evidencia que paga por:

  1. Porcentaje de mamografía en mujeres de 50 a 69 años
  2. Porcentaje de mamografías con resultado BIRADS IV y V
  3. Porcentaje de mujeres con resultados confirmatorios de cáncer de mama por anatomía patológica que inician tratamiento.

Es decir: el MSP paga por las mamografías realizadas de acuerdo a la pauta del carné de salud pero además por diagnósticos positivos y los confirmados de cáncer de mama por biopsia. No paga por ecografía mamaria ni resonancia magnética.

Tanto la mamografía como la anatomía patológica son estudios operador dependientes. En el caso de la mamografía, su calidad depende de la experiencia y formación del radiólogo que la realiza pero también del estado del equipo, que como vimos, es incierto. En el caso de la biopsia, su calidad depende de la experiencia y formación del anatomo-patólogo que examina la muestra.

Una mujer asintomática puede ser víctima de iatrogenia. Con una mamografía supuestamente positiva, se expone al grave riesgo de un falso positivo o sobrediagnóstico (si se somete a la realización de una biopsia, la cual es altamente riesgosa). Y sólo gana el prestador que cobra por los tres indicadores y más: en los controles subsiguientes… Por eso existe el 19 de octubre y todo el mes por extensión, como un evento de mercadeo alrededor del color rosa del cual se aprovechan muchas empresas cuya supuesta filantropía, dio origen al término “pinkwashing” para denominar el “lavado de cara” con que la adhesión a la campaña rosa les permite encubrir la expansión de sus ventas.

La radiación ionizante es carcinogénica. Aplicar radiación a una mujer asintomática para detectar “precozmente” lo que la misma radiación puede producir, ¿no es fraudulento? Hay publicaciones científicas que apuntan a que el cáncer de mama depende de la cantidad de mamografías previas a su detección. Ver Corcos-2017, Corcos-Bleyer-2020.

Y ya informamos sobre el estado de los mamógrafos uruguayos, los cuales no brindan garantías a las usuarias.

La salud no es negocio. Por eso no se promueve la prevención, esto es: evitar enfermar. La enfermedad es el negocio, puesto que permite facturar servicios. Por eso la detección precoz es un fraude muy redituable, ya que transforma sanos en enfermos.

El marketing de la detección precoz explota el miedo a la enfermedad y a la muerte. Cuando alguien explota esos miedos para su propio beneficio, hay que desconfiar.

NOTA: El sistema Breast Imaging Reporting and Data System (BI-RADS) es un método para clasificar los hallazgos mamográficos. Permite estandarizar la terminología y categorizar las lesiones.

Un comentario sobre “La mamografía es uruguaya”

  1. Cómo siempre, cuando leo tus artículos y veo el arduo trabajo,no tengo palabras para agradecerte! Noble tarea en el camino de la vida….. Dios recompensa tu labor, más allá de lo que imaginas….. abrazo de Luz…… Marina.

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