(desde el ministro hasta el último recién graduado)
La Comisión Nacional Asesora de Vacunas (CNAV) se reunió el 29/11/2022 para decidir con cuál vacuna continuar la vacunación contra COVID-19 en 2023. Ahora estaría disponible una vacuna bivalente: a la cepa original le agrega la Omicron. La CNAV dispuso no innovar y recomendar las monovalentes. ¿Con qué fundamento?
El Ministerio de Salud Pública (MSP) insiste en que la vacunación antiCOVID-19 evita la enfermedad grave, el ingreso a Centro de Tratamiento Intensivo (CTI) y la muerte (1). Sin embargo, de la información brindada por el mismo MSP en respuesta a los pedidos de información, surge que esto no es así (2).
Analizando la información oficial obtenida, se expone el detalle de los fallecidos POR COVID-19 y vacunados, en 2021 y 2022 hasta setiembre inclusive. En 2021 fallecieron por COVID-19 1892 vacunados contra COVID-19 y en 2022 van 1238. Totalizan 3110 vacunados contra la COVID-19 que no se salvaron de la enfermedad grave, ni de ingresar a CTI, ni morir.
Desde el comienzo de la vacunación el 27/2/2021 al 30/9/2022 transcurrieron 636 días. Los 3.110 fallecidos vacunados (en rojo) representan casi 5 muertes por día. Cinco personas vacunadas contra COVID-19 murieron diariamente por esa enfermedad mientras los medios repetían diariamente que las vacunas son seguras y censuraban a todos quienes las cuestionaban. Las edades mínimas y máximas de los fallecidos eran:
A los de 15 y 20 años, muertos muy prematuramente, la vacunación les falló y les truncaron la vida. A los 104 y 105 años ya habrían recibido demasiadas vacunas en su vida y esta apenas los acercó a su fin, lo cual la hacía completamente innecesaria.
Hay 3110 vacunados contra COVID-19 y fallecidos por la misma enfermedad. No hay que ser “antivacunas” para darse cuenta del fraude y la estafa descarada con que se está engañando a la población. El Código de Ética Médica, vigente por ley 19286 en Uruguay desde 2014, establece en el artículo 18 que “Se considera falta ética toda publicidad engañosa o desleal. El médico no debe inducir a engaño a la sociedad propiciando procedimientos o productos comerciales cuya eficacia no está comprobada científicamente.” (3)
Pero además, considerando que los fallecidos por COVID-19 desde el comienzo de la vacunación en Uruguay al 30/9/2022, totalizan 7.224 casos, resulta que los 3110 fallecidos vacunados representan el 43%:
En 2020 sin vacunas, los fallecidos por COVID-19 no superaron los 200, año en que se registró el mínimo de fallecimientos desde 2015. Si la vacuna fuera efectiva, esas 3.110 muertes no habrían ocurrido porque habría cumplido lo que las autoridades prometían: evitar la enfermedad grave, ingresar a CTI y MORIR. Pero eso es casi irrelevante si lo comparamos con la cifra total alcanzada: 43% que se suma al exceso de muertes registradas desde el comienzo de la vacunación en Uruguay. Los que sobrevivieron a la vacunación, nacieron de nuevo. Pero muchos a costa de vivir con menos calidad de vida debido a los efectos adversos que experimentan, como lo viene reportando Ciudad Malvín (4).
En 2021 con vacunas había que probar que eran efectivas. Por eso a muchos fallecidos no vacunados se les adjudicó causa de muerte “covid-19” pero SIN un PCR previo y aún con PCR de resultado negativo:
De los 5.186 fallecidos por COVID-19 en 2021 sin vacunar desde el comienzo de la vacunación el 27 de febrero, más de la mitad (2.452+551 es el 58% de 5.186) fueron determinados SIN una prueba que lo confirmara (PCR positivo). Si restamos esas 3.003 muertes mal adjudicadas a COVID-19 del total de fallecidos por esa causa, resulta que el total baja de 7.224 a 4.221, de modo que los 3.110 vacunados representan casi el 73% de las muertes por COVID-19. Ni esa falta de ética para fabricar causas de muerte cargándolas a los no vacunados, puede ocultar el fraude de las vacunas.
Es preciso recordar lo más grave: ¡las vacunas anti-Covid-19 nunca fueron aprobadas! Sólo se les autorizó en forma provisoria. Y el propio laboratorio Pfizer ya anunció que no tramitará la aprobación definitiva. Admitió no haber probado que la vacuna evita la transmisión, como reconoció la representante de Pfizer ante el Parlamento Europeo (5).
Por otra parte, hay que destacar que el efecto rebaño citado habitualmente para coaccionar a las personas a vacunarse por solidaridad, no está reportado en ningún prospecto de vacunas. Es decir que ningún fabricante lo reconoce. Nuevamente, se incurre en publicidad engañosa al invocar un beneficio inexistente. Saquen pues sus propias conclusiones.
Y como si todo eso fuera poco, el MSP no cumple la ley (6) que lo obliga a controlar los viales de cada lote de vacunas, como lo ha reconocido públicamente (7). ¿Son simplemente omisos o cómplices del engaño?
Por su parte la CNAV persiste en recomendar vacunas inútiles (como surge de la información analizada) y, además, peligrosas. ¿Quién financia a sus integrantes?
(1) Acta CNAV 9/2/2022
(2) Datos 2021. Datos 2022 al 30 de setiembre.
(3) Ley 19286 cap.IV “La relación médico paciente” art.18
(4) Análisis de Rafael Suárez en Ciudad Malvín
(5) Sesión del 10/10/2022 del Parlamento Europeo (R.Roos)
(6) Ley 9202 artículo 2 inciso 5
(7) Vacunas sin control
Muy buen análisis, gracias por los datos aportados.
Incluso habría que ver algunas cifras, ya que se consideraba vacunado a quién tuviera las 2 dosis y al menos 15 días de la segunda, por lo que sí te pasaba algo al primer, segundo, tercer día o hasta el día 14, los muy cretinos te anotaban como no vacunado a la hora de certificar la defunción. Gracias por su enorme trabajo LS
La información que se pidiò y entregó el MSP es la cantidad exacta de dosis inyectadas a los fallecidos y no la evaluación de si estaban o no inmunizados. Por eso aparecen casos con 0 dosis, 1,2,3,4 y 5.